Maritza Morillas

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Su obra la desarrolla tanto en óleo como en esmalte, tiene ya 30 años inmersa en esta profesión. Define a su estilo como realismo directo, siempre ha tenido interés en abordar cuestiones sociales tales como las pandemias de la industria alimentaria y todas las consecuencias de la depredación humana. Recientemente fue reconocida por El Milenio visto por el arte de Grupo Milenio, Milenio Diario, S.A. De C.V, con la curaduría de Avelina Lésper quien la denomina como una artista que trabaja a contracorriente. Una de las facetas de su trabajo es el arte objeto en piezas de esmalte vítreo, y tiene su propia marca, Esmalte Morillas, que ha tenido proyección nacional e internacional. 

Maritza Morillas es una artista plástica que produce sin pensar en los cánones de belleza aceptados de manera global. En contraparte a “lo bello del arte plástico”, a la sublimación de lo real, Maritza nos invita a observar la belleza en medio del ocaso y la decadencia, misma que puede llevarse al lienzo como hicieran Goya, Munch o Francis Bacon, entre otros, y nos demuestra que la barbarie de una sociedad consumista como la nuestra, puede exponerse ante la mirada de un público que se encontrará de frente con todo aquello que preferiría nunca saber; ese es el propósito de esta artista plástica que trabaja con base en el realismo directo, para crear conciencia social de lo que nos rodea. Morillas está determinada a invadir nuestra mirada y, en este caso, a crear empatía con sus recuerdos de los momentos de mayor impacto que ha experimentado.

Maritza Morillas trabaja sin preocuparse mucho por la venta de su obra al óleo, muestra lo inusual, lo catastrófico, lo sanguinario que puede ser una sociedad que busca en el consumo algo que le dé sentido a su vacuidad. Así lo exponen cada uno de sus cuadros en el vacío de una mirada que ya no refleja la vida sino la descomposición natural de la carne inerte, que puede ser igual la de un animal en el rastro o la de una persona asesinada y desechada en el basurero municipal y, entonces, crea una analogía con la descomposición de los cadáveres de mujeres y hombres víctimas de la violencia en México.

Es más importante la vida humana que la de los animales que consumimos cada día con nuestras familias, porque pertenecemos a la especie dominante, pero Morillas pone el dedo y señala que eso no resta barbarie a la forma en que estos animales mueren para que los pongamos en la mesa y lo expone para que nuestra conciencia se abra en lugar de seguir en la negación, sólo porque no somos testigos de los métodos que siguen en los rastros, para matar todos los seres vivos que comemos.

La violencia es la más visible en los medios de comunicación que repiten hasta el cansancio y con morbosidad extrema las imágenes de mujeres y hombres asesinados, es la que nos ha impactado, deshumanizando a las víctimas a quienes se culpa de su destino final, y Morillas lo deja plasmado con óleo sobre el lienzo, en un intento por recuperar la humanidad menospreciada y devaluada en los medios sensacionalistas.

Lo mismo pinta un cadáver humano en descomposición que un animal en estado de putrefacción. Da el mismo trato a la carne humana que a la carne de diversos animales de consumo humano y denuncia los métodos para asesinar de los sicarios y los compara con los métodos que se utilizan en los rastros convertidos, según sus palabras en centros de muerte al estilo del holocausto del Siglo XX.

Con 30 años de trayectoria, múltiples exposiciones colectivas e individuales, Maritza ha participado en convocatorias de artistas feministas, para denunciar la violencia de género en contra de las mujeres, como fue el caso de su exposición, cuando fue invitada por el Colectivo MujerArte A.C. bajo la dirección de Yan María Castro, con su serie “Caro-Data-VERnibus”, dedicada a las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. 

Recientemente fue reconocida por El Milenio visto por el arte, Grupo Milenio, Milenio Diario, S.A. De C.V, con la curaduría de Avelina Lésper quien la denomina como una artista que trabaja a contracorriente.

Actualmente trabaja y produce arte objeto con técnica de esmalte vítreo, que ha utilizado para vender su obra y con el cual ha construido una empresa llamada Esmalte Morillas.

Ha sido expositora en muestras nacionales e internacionales. De manera individual ha mostrado su trabajo con la Fundación Cultural Boing, el Museo Joaquín Arcadio Pagaza, Galería Medellín, Fundación Arturo Herrera Cabañas, Museo Casa León Trotsky y otras. 

Su participación en muestras colectivas es variada y abarca museos y galerías como el VI Encuentro Internacional de Mujeres en el Arte, Palacio de Bellas Artes; Miralda FoodCulturaMuseum, Centro Cultural de España; el MexCat de Barcelona, España; Segundo Encuentro Iberoamericano de Mujeres en el Arte, Casa de América, Universidad de Alcalá de Henáres, España; el Altar de Muertos Conceptual “La Cultura descansa en Paz”, por el Centenario del Nacimiento de Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, en Huelva y Sevilla, Andalucía, España; el XVIII Encuentro Iberoamericano de Mujeres en el Arte México España, Sala Adamo Boari  del Palacio de Bellas Artes; con Esmalte Vítreo Escencia del color, en el Banco Nacional de México; fue parte de la Selección para el 1er Premio Internacional de Esmalte Bagués-Masriera, Barcelona, España; seleccionada para el SOFA CHICAGO 2010 (International Sculpture Objects & Functional Art Fair) Chicago USA;  Promethean Images, Galería Figureworks, Brooklyn, NY; On The  Edge, 9th Biennial International The  Enamelist Society, The Evergreen State College Art Gallery in Olympia, WA, USA; Mail Art Show, Homenage a René Magritte, en el Museo Contemporáneo de Santiago de Chile, entre otras. 

 

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